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La imagen de Carlos V está documentada en numerosas pinturas, esculturas, relieves, monedas y grabados en los que se aprecian no sólo los cambios físicos del monarca a lo largo de su vida, sino también la evolución de la iconografía imperial.

Sus múltiples retratos son también producto de una necesidad política, para garantizar la omnipresencia del emperador a lo largo de su vasto imperio. Así se explica el uso de medallas y retratos en miniatura

reinhart medallacarlos v miniatura

o las variaciones o copias de un mismo retrato.

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Aunque Carlos V no fue un admirador o patrocinador de las artes, sí comprendió la importancia de la imagen artística y por eso se hizo acompañar del pintor Vermeyen para documentar la expedición de Túnez y contrató los servicios de artistas tan famosos como Tiziano y Leoni realizar sus retratos.

Entre 1532 y 1548, Tiziano pintó varios retratos de Carlos V y la familia real española. El primero, titulado Retrato de Carlos V con perro, es una reinterpretación de un retrato anterior, del artista austriaco Seisenegger, que no gustó al emperador.

seiseneggercarlosvperro

El cuadro de Tiziano, a la derecha, presenta una imagen idealizada de Carlos V, más alto y estilizado que en el retrato original, con una mirada más alerta y situado en un plano más próximo al espectador. También simplifica el fondo, eliminando distracciones para centrar toda la atención en la figura del emperador.

carlos v tiziano Probablemente la pintura más emblemática realizada por Tiziano para Carlos V es la que commemora su triunfo contra los protestantes de la liga de Smalkanda. Esta pintura al óleo titulada Carlos V a caballo en Mülhberg, realizada en 1548, representa a Carlos V victorioso tras la batalla contra las fuerzas protestantes. Es un retrato ecuestre de grandes dimensiones donde el emperador se muestra como "miles Christi" (soldado de Cristo), defendiendo la religión católica que está siendo atacada dentro de su propio imperio por la emergencia del protestantismo.

Aunque se presenta al emperador como guerrero,la pintura no incluye la realidad de la batalla sino que incorpora un paisaje agradable con una luz y unos colores cálidos. Carlos V se muestra solo, protagonista único de la victoria. Su expresión es de serenidad y manifiesta una actitud estoica y reflexiva, que irradia también una cierta energía.

La majestad imperial no se trasmite a través de símbolos o de un lenguaje alegórico sino mediante los elementos formales de la pintura. Con su gran maestria, Tiziano consigue así plasmar la "imagen definitiva" del emperador.


carlos v viejo
Muy distinto es el último retrato de Carlos V pintado por Tiziano, también en el año 1548, y titulado Carlos V sentado. Sin los atributos del guerrero ni los símbolos del poder, este hombre de 48 años, parece cansado tras 32 años de gobierno y numerosos conflictos. Vestido de negro, el emperador se muestra pensativo, melancólico. Al mismo tiempo, su mirada directa al espectador confirma la fuerza de su presencia y su autoridad. Es un retrato más humano que el anterior, sin perder majestuosidad, en el que se enfatiza la individualidad del sujeto a la vez que su dimensión pública.



Referencias:

http://openlibrary.org/b/OL2476624M/Carlos_V_
y_la_imagen_del_héroe_en_el_Renacimiento

http://revistas.ucm.es/inf/11370734/articulos/HICS0606110115A.PDF